shunya | meditação | mestres | textos | zen | dzogchen | links |
Os homens sempre tem algo que fazer de Kodo Sawaki
Os homens sempre tem algo que fazer. Se comportam como se fogos de artificio estourassem por todas as partes, adiante, atrás, a direita, a esquerda! Já não sabem aonde dar de cabeça. «No tenho tempo. Tenho pressa, estou agoniado...» Tem a cabeça cheia de contradições e não se ocupam jamais de ordená-la. Agora bem, quanto mais complicado se torna o mundo, mais necessidade há de simplificá-lo, de unificá-lo e de encontrar a unidade fundamental. Pergunta-te porquê comes, porquê necessitas beber álcool. Me responderás «Por que tenho vontade de comer, porque tenho vontade de beber, assim que bebo e como, isso é tudo.» A maior parte da gente nem sequer sabem porquê atuam, devido a que sua vida é incoerente. «Como porque tenho vontade de comer, bebo porque tenho vontade de beber.» É exatamente como o louco que rí e que chora sem saber porque. «Faço isto porque tenho vontade de fazê-lo... Tenho que ir ali porque me apetece... » É um comportamento infantil. «Tranquilo e feliz, no silencio, na calma e na serenidade», eis aqui porque vivo, eis aqui porque como. É claro e nítido. Sawaki faz zazen e para dar más força ao zazen, se raspa a cabeça e leva o kesa. Isso é tudo. Faz zazen e faz com outros também façam. No tem mais que o indispensável. O demais no é mais que conversa, inclusive si se fala da Lei durante anos, durante um século. Alguns acabam com depressão nervosa a força de estudar os textos. Dizem então coisas admiráveis, as quais não compreendo, nem ninguém, a não ser eles. Trabalham tanto que já não fazem zazen. Já não comem, se enchem o estômago com seus estudos. Tudo isto é inútil. Nossa única e suprema missão é simplesmente permanecer no silencio, na calma e na serenidade, tranqüilamente, longe de qualquer ruído e agitação. Depois de haver vingado a seu senhor de uma afronta, Oishi Yosliio se retirou para o templo Sengaku-ji e declarou: «Seja como seja, nunca a sombra de uma dúvida há obscurecido minha pureza de intenção.» A situação não implicava mais que uma coisa, harakiri. Sabendo que devia morrer, fez o que tinha que fazer com toda consciência, e de um só pensamento, sem perguntar-se que beneficio ia obter ou o que ia suceder. Aqueles cujo espirito está cheio de contradições vivem na angustia. Pelo contrario, quando o pensamento está unificado, todo se torna simples. O importante, é a unidade. Quando a vida desaparece, é o único que resta. Por isso há que estar muito alerta. Os que não encontram esta unidade são dignos de compaixão. Ignoramos porque nascemos como seres humanos, ninguém sabe. Os pais nos puseram no mundo, no há nada o que fazer, estamos aquí. Entre os pássaros, o macho traz o alimento e a fêmea incuba o ovo. Quando o calor produz seu efeito, pío! pío! ela lhes dá de comer pío! e pío! os pequenos levantam o vôo. Os animais não são em nada diferentes de nós, nós só somos um pouco mais elaborados. O homem é um animal que fuma, nada mais. Não viveria mais na angustia se tivesse este lugar único onde permanecer, «o silencio e a serenidade» Dizemos que é o karma supremo. Los hombres siempre tienen algo que hace1 Los hombres siempre tienen algo que hacer. Se comportan como si fuegos de artificio estallaran por todas partes, ¡ delante, detrás, a derecha, a izquierda !. Ya no saben donde dar de la cabeza. « No tengo tiempo. Tengo prisa, estoy agobiado... »Tienen la cabeza llena de contradicciones y no se toman jamás el tiempo de ponerla en orden. Ahora bien, cuanto más complicado se vuelve el mundo, más necesidad hay de simplificarlo, de unificarlo y de encontrar la unidad fundamental. Pregúntate porqué comes, porqué necesitas beber alcohol. Me responderás « Por que tengo ganas de comer, porque tengo ganas de beber, así que bebo y como, eso es todo. » La mayor parte de la gente ni siquiera saben porqué actuan, debido a que su vida es incoherente. « Como porque tengo ganas de comer, bebo porque tengo ganas de beber. » Es exactamente como el loco que ríe y que llora sin saber porqué. « Hago ésto porque tengo ganas de hacerlo... Tengo que ir allí porque me apetece... » Es un comportamiento infantil. « Tranquilo y feliz, en el silencio, la calma y la serenidad », he aquí porqué vivo, he aquí porqué como. Es claro y nítido. Sawaki hace zazen y para dar más fuerza al zazen, se afeita la cabeza y lleva el kesa. Eso es todo. Hace zazen y hace hacerlo a los demás. No tiene más que lo indispensable. Lo demás no es más que charla, incluso si se habla de la Ley durante años, durante un siglo. Algunos acaban con depresión nerviosa a fuerza de estudiar los textos. Dicen entonces cosas admirables, las cuales no comprendo, ni nadie aparte de ellos. Tabajan tanto que ya no hacen zazen. Ya no comen, se llenan el estómago con sus estudios. Todo ésto es inútil. Nuestra única y suprema misión es simplemente permanecer en el silencio, la calma y la serenidad, tranquilamente, lejos de cualquier ruido y agitación. Después de haber vengado a su señor de una afrenta, Oishi Yosliio se retiró al templo Sengaku-ji y declaró: « Sea como sea, nunca la sombra de una duda ha obscurecido mi pureza de intención. » La situación no implicaba más que una cosa, hara kiri. Sabiendo que debía morir, hizo lo que tenía que hacer con toda conciencia, y de un sólo pensamiento, sin preguntarse que beneficio iba a obtener o que iba a suceder. Aquellos cuyo espíritu está lleno de contradicciones viven en la angustia. Por el contrario, cuando el pensamiento está unificado, todo se vuelve sencillo. Lo importante, es la unidad. Cuando la vida desaparece, es lo único que queda. Por eso hay que estar muy alerta. Los que no encuentran esta unidad son dignos de compasión. Ignoramos porqué hemos nacido como seres humanos, nadie lo sabe. Los padres nos han puesto en el mundo, no hay nada que hacer, estamos ahí. Entre los pájaros, el macho trae el alimento y la hembra incuba el huevo. Cuando el calor produce su efecto, ¡ pío ! pío ! ella les da de comer ¡ pío ! ¡ pío ! los pequeños levantan el vuelo. Los animales no son en nada diferentes de nosotros, nosotros sólo somos un poco más elaborados. El hombre es un animal que fuma, nada más. No viviría más en la angustia si tuviera este lugar único donde permanecer en el « silencio y la serenidad » Decimos que es el karma supremo.
|